Hace poco en una reunión de empresarios, el CEO de una empresa exitosa reveló ante la audiencia que él había estudiado para ser abogado. Llegó a ser practicante en un estudio y notó que eso no era lo que el buscaba profesionalmente, por una razón muy sencilla:
“La vieja escuela forma abogados soberbios con poca empatía”, comentó.
El CEO buscaba un espacio idóneo para crecer donde todos pudieran tener la misma oportunidad de aprendizaje y equivocarse sin miedo.
Anímate a formar parte de este grupo de abogados nuevos, cuando tengas la responsabilidad de liderar.
Piensa en cómo te gustaría que te traten y trata así a los demás. No es solo a tu cliente a quien tienes que tratar muy bien sino también a tu equipo de trabajo.